miércoles, 21 de septiembre de 2011

lunes, 12 de septiembre de 2011

Mito sobre Parque Lezama.

Realizamos una visita a la Cuidad  Autonoma de Buenos Aires, en la cual visitamos el Parque Lezama, sobre èl hay leyendas y mitos, aquì hay uno de ellos [MÁS]

sábado, 3 de septiembre de 2011

Cuento policial.

Había tres sospechosos y un muerto.
La empleada del farmacéutico, un vecino y el sobrino. Había dos pistas; huellas: de una camioneta y un escrito en la pared: "DIOS LE DA PAN AL QUE NO TIENE DIENTES". Solo esto para resolver la muerte del farmacéutico que iba a cobrar una herencia.
- ¿Por qué lo mataste?
- Yo no fui - dijo la empleada.
- Yo tampoco - dijo el vecino.
- Yo no tengo razones - dijo el sobrino.
- ¿Quién tiene una camioneta?
- Yo tengo un auto - dijo la empleada.
- Yo no tengo - dijo el vecino.
- Tiene las ruedas pinchadas la mía - dijo el sobrino.
- ¿Con  qué mano escriben?
- Con la derecha - dijo la empleada.
- No sé escribir - dijo el vecino.
- Con la izquierda - dijo el sobrino.
- El sobrino queda arrestado.
Fue a la casa del tío, lo mató para, cobrar la herencia, por ser zurdo tuvo que escribir así, para que no se corriera lo que había escrito.
Cuando se fue, dejó las marcas de su camioneta y por el camino rocoso se le pincharon las ruedas.

jueves, 1 de septiembre de 2011

“Es como el final del día”.


En los últimos años, tuve una experiencia muy difícil de superar.
Un familiar muy cercano, tuvo un accidente automovilístico y falleció, esto causó en mí un gran dolor.
Éste no se puede comparar con ningún otro, es como el final del día, en el cual todo se termina, es oscuro, triste, sombrío, silencioso, sin ganas de vivir.
Nuestra relación era muy fuerte. Por esta razón  me afectó tanto. Y más todavía, debido a que yo estaba junto a él cuando esto sucedió. El accidente ocurrió a causa de mi malestar. Yo me sentía mal porque me había peleado con mis amigas. Por esto decidí pedirle a mi hermano mayor que me llevara a la fiesta. Ésta quedaba muy lejos, por eso usamos el auto, como yo no podía,  ni sabía manejar, me llevó  él.
Cuando estábamos en un semáforo, un auto nos topó por detrás. Volcamos. Él se golpeó gravemente en la cabeza y yo sangraba de una pierna. Cuando llegó la ambulancia ya era tarde, él había fallecido.
La pena no me deja vivir. Si no hubiera sido tan egoísta, él estaría vivo, a mi lado…